- “Y después de toda esta investigación, ¿qué se hizo?”
- “Pues, nada…” contestó la Strategic Design Lead Consultant Sr.
Como diseñadores, llevamos un rato peleando que se nos de un lugar en la mesa, que queremos participar en las conversaciones donde se toman las decisiones, y pidiendo que se valore nuestro trabajo.
Pero, ¿nos lo hemos ganado?
Que los entregables de diseño no se usen por los clientes y se guarden en un cajón en un chiste recurrente entre grupos de diseñadores.
¿Hemos generado valor a cada una de las compañías que ha contratado servicios de diseño? ¿O hemos gastado el tiempo y dinero de nuestros clientes?
¿De qué sirven los meses de investigación si después no se imagina? Si después no se hace… nada.
¿De qué te sirve aprender de hospitales, maquinas sofisticadas, sistemas bancarios…? ¿De qué le sirve a tu cliente, a ti, al mundo si no lo aplicaste a su beneficio?
Si hablamos de diseño, no hay mérito en el pensar sin el hacer. No hay mérito en entender sin aplicar. No hay mérito en investigar sin probar.
El diseño estratégico no se trata de hacer mapas, arquetipos y journeys. Se trata de hacer lo correcto, solucionar, atacar, moverse, avanzar, cambiar las cosas, generar beneficios. Todo lo demás son solo herramientas.
El entender tiene que conectar con el imaginar. El imaginar con el hacer. El hacer con el implementar. Y el implementar con el aprender.
El Design Thinking empujó la re-valoración del diseño. El Design OverThinking® se la puede quitar todita.
Diseñadoras, diseñadores: investiguen, piensen, hagan mapas, pero no se olviden de diseñar.
